Hace 91 años que se produjo la Coronación Canónica de Ntra. Sra. de Monserrate, Patrona de Orihuela. Fue concedida por S.S. Benedicto XV el día 11 de noviembre de 1919 y se llevó a cabo el día 31 de mayo de 1920.
El Boletín Oficial del Obispado lo recogía con las siguientes palabras: "Los vehementes anhelos de esta Ciudad, por tantos títulos esclarecida, quedarán plenamente satisfechos (...)". "Porque no se corona canónicamente a cualquier imagen, aun cuando en ella se encarne la belleza ideal, sino aquella en quien concurre la circustancia de una remota antigüedad, realzada por prodigios y rodeada del culto de largas generaciones".
La tradición y la historia se unen en un acontecimiento de estas características. El día previo, 30 de mayo, se procedió al traslado de la imagen hasta las Casas Consistoriales, situadas en la Plaza Nueva. Allí se recibió a la Virgen de Monserrate por parte de la Corporación Municipal. Después tuvo lugar un Pleno en donde se le declaró Alcaldesa Honoraria a perpetuidad. Por tal motivo se ofrecieron vara, medalla y fajín, atributos propios del cargo municipal. Tras tan emotivo momento la imagen quedó presidiendo la sala de plenos con la escolta de la policía local durante toda la noche.
Por la mañana la imagen quedó depositada en el altar que se instaló a los pies del Ayuntamiento. Allí se llevó a cabo la coronación. El Oriol, colocado en el balcón municipal, fue testigo de excepción. Cuentan las crónicas que vinieron gentes de toda la diócesis y vecinos de otros lugares cercanos. Y sobre las 10 de la mañana, momento en que tuvo lugar la colocación de la corona sobre la Virgen de Monserrate, todas las campanas de la ciudad voltearon y los aplausos de los fieles y devotos asistentes atronaron la plaza.
Tras la Guerra Civil se volvió a coronar, aunque de forma simbólica pues el título concedido por el Papa en 1920 era igualmente válido para la imagen que se realizó tras la destrucción de la primitiva, pero no fue hasta 1959 cuando se produjo el acto solemne. Mismo espacio, pero distintas personas. Misma devoción, pero distintos tiempos. Mismo amor, misma fe. Orihuela y sus hijos acompañando a su Patrona.
La tradición y la historia se unen en un acontecimiento de estas características. El día previo, 30 de mayo, se procedió al traslado de la imagen hasta las Casas Consistoriales, situadas en la Plaza Nueva. Allí se recibió a la Virgen de Monserrate por parte de la Corporación Municipal. Después tuvo lugar un Pleno en donde se le declaró Alcaldesa Honoraria a perpetuidad. Por tal motivo se ofrecieron vara, medalla y fajín, atributos propios del cargo municipal. Tras tan emotivo momento la imagen quedó presidiendo la sala de plenos con la escolta de la policía local durante toda la noche.
Por la mañana la imagen quedó depositada en el altar que se instaló a los pies del Ayuntamiento. Allí se llevó a cabo la coronación. El Oriol, colocado en el balcón municipal, fue testigo de excepción. Cuentan las crónicas que vinieron gentes de toda la diócesis y vecinos de otros lugares cercanos. Y sobre las 10 de la mañana, momento en que tuvo lugar la colocación de la corona sobre la Virgen de Monserrate, todas las campanas de la ciudad voltearon y los aplausos de los fieles y devotos asistentes atronaron la plaza.
Tras la Guerra Civil se volvió a coronar, aunque de forma simbólica pues el título concedido por el Papa en 1920 era igualmente válido para la imagen que se realizó tras la destrucción de la primitiva, pero no fue hasta 1959 cuando se produjo el acto solemne. Mismo espacio, pero distintas personas. Misma devoción, pero distintos tiempos. Mismo amor, misma fe. Orihuela y sus hijos acompañando a su Patrona.
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